viernes, 17 de febrero de 2012
NOSOTROS TERRORISTAS (una vez mas)
Ya aprendí como subir los archivos de Issuu directo al blog. Aca les dejo el pequeño libro una vez mas por si alguien tuvo complicaciones para leerlo.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
MR. ED
1.
Soñé por un domingo que era sombra dolorosa,
que era el clon del dios Neptuno
y viajaba por el mundo surfeando maremotos
y partía en dos los barcos de la armada filipina.
Y fui arañando las fronteras, los muros de contencion
y las minas explosivas que me arrancan las pezuñas;
regalaba panes a los mendigos que se habian multiplicado
y los litros de vino blanco que escapaban de mis llagas.
2.
Soñé por infortunio que me sacaban las rodillas,
que ya no corría por las calles persiguiendo las garrafas
y rodaba torpemente escaleras y colinas, en mi silla de lisiado
que también era mi auto y sacaba unas monedas con mi coche mal armado,
mi radiotaxi batimovil, levantando pasajeros, pajeros de las palabras,
corazones de manzana, borrachos de Sopocachi.
3.
Soñaba anestesiado que seguía mi camino de taxista asalariado
y me afeitaba la cabeza y disparaba a quemarropa a futuros presidentes,
en medio de la autopista, y me arreglaba los bigotes, coqueteando en el espejo,
que no era más que un charco de bilis recién sangrada,
que escapaba de los cuerpos por los huecos de mis balas,
en sacos recien planchados, que manchaban sus solapas,
se ensuciaban sus corbatas.
4.
Soñaba empastillado que sudaba cocaína,
me esnifaban los sobacos los amigos de lo ajeno
y manejaba bicicleta por los bordes de la luna,
que de pronto no era queso si no alcohol con mandarina,
yo quedaba bien borracho y meaba en las esquinas
y de pronto los marcianos me echaban de las pensiones.
Pero hacia buenos chistes, hacía reír a los caballos,
Mister Ed me daba un guiño (con permiso, caballero) me sentaba en su cabeza
y jugaba a ser centauro, con mi arco de juguete cazaba a los cosmonautas
que comíamos en pucheros de lunáticas meriendas.
5.
Soñé como cobarde que me arrastraba por el suelo,
porque era bien gusano y predicaba la palabra a las larvas pecadoras
y levantamos una iglesia a San Pedro Cucaracha,
donde venían las hormigas a rezarle a una araña,
que murió por sus pulgones, que ascendió hasta el tejado,
convertía el pan en moscas y el vino en litros de orines sin pasar por la garganta.
Pobrecitas las hormigas que venían inocentes,
las violaban las lombrices, las pisaban los patanes.
1.
Soñé por un domingo que era sombra dolorosa,
que era el clon del dios Neptuno
y viajaba por el mundo surfeando maremotos
y partía en dos los barcos de la armada filipina.
Y fui arañando las fronteras, los muros de contencion
y las minas explosivas que me arrancan las pezuñas;
regalaba panes a los mendigos que se habian multiplicado
y los litros de vino blanco que escapaban de mis llagas.
2.
Soñé por infortunio que me sacaban las rodillas,
que ya no corría por las calles persiguiendo las garrafas
y rodaba torpemente escaleras y colinas, en mi silla de lisiado
que también era mi auto y sacaba unas monedas con mi coche mal armado,
mi radiotaxi batimovil, levantando pasajeros, pajeros de las palabras,
corazones de manzana, borrachos de Sopocachi.
3.
Soñaba anestesiado que seguía mi camino de taxista asalariado
y me afeitaba la cabeza y disparaba a quemarropa a futuros presidentes,
en medio de la autopista, y me arreglaba los bigotes, coqueteando en el espejo,
que no era más que un charco de bilis recién sangrada,
que escapaba de los cuerpos por los huecos de mis balas,
en sacos recien planchados, que manchaban sus solapas,
se ensuciaban sus corbatas.
4.
Soñaba empastillado que sudaba cocaína,
me esnifaban los sobacos los amigos de lo ajeno
y manejaba bicicleta por los bordes de la luna,
que de pronto no era queso si no alcohol con mandarina,
yo quedaba bien borracho y meaba en las esquinas
y de pronto los marcianos me echaban de las pensiones.
Pero hacia buenos chistes, hacía reír a los caballos,
Mister Ed me daba un guiño (con permiso, caballero) me sentaba en su cabeza
y jugaba a ser centauro, con mi arco de juguete cazaba a los cosmonautas
que comíamos en pucheros de lunáticas meriendas.
5.
Soñé como cobarde que me arrastraba por el suelo,
porque era bien gusano y predicaba la palabra a las larvas pecadoras
y levantamos una iglesia a San Pedro Cucaracha,
donde venían las hormigas a rezarle a una araña,
que murió por sus pulgones, que ascendió hasta el tejado,
convertía el pan en moscas y el vino en litros de orines sin pasar por la garganta.
Pobrecitas las hormigas que venían inocentes,
las violaban las lombrices, las pisaban los patanes.
jueves, 17 de noviembre de 2011
CRISTO DE MIS BIGOTES
1.
Cristo de mis bigotes, no te afeites cada día
¿acaso quieres verte más joven?
no te duches con vaselina,
más bien remiéndate las llagas
y no ensucies tus calzones con tus
cacas mal lavadas, que dejas mi
pobre baño oliendo a Vaticano.
Te relames como gato,
Cristo de mis sobacos
y te sales a la calle a tomarte unas cervezas
con los que eran mis amigos
y me dejaron por abstemio.
Por eso cuando vuelvas a mi casa, de hurtadillas,
te invitaré tu ultima cena,
te lavaré los pies a escupidas.
2.
Cristo de mis maletas, tú que eres correcaminos,
llévame dentro tu bolso, crucemos por la frontera
escapando de los coyotes y del Cartel de Sinaloa,
vámonos hasta Miami para que cumpla mi deseo
de trapear todos los baños, de pulir todos los suelos,
de comer siempre en McDonalds mierda frita con veneno
y poder criar un cáncer tamaño de una pelota,
que un día me diga “mami” y lo mate a bofetadas.
No te asustes, Señor de las palmadas,
tu no tienes culpa de mis sueños masoquistas,
Cristo de los sudacas.
3.
Cristo de mis tortillas
te sentarás entronizado
en la parte predilecta de mi mesa de venesta,
donde se sientan los amigos si vienen a pagar deudas,
donde se sientan familiares esperando mi velorio,
donde se sentará mi esposa cuando me lance por la ventana
y al hundirme en el asfalto se me salgan todos los mocos,
ensuciando a la vecina que me volverá chorizos
y una libra de salchichas
que comerás agradecido sopadas en mayonesa.
Pero mi carne es de Iscariote, Judas de la salmonella.
por lo pronto no te excedas, Cristo de mis menudencias,
come poco en mi velorio, mesías de los obesos,
cordero del sobrepeso.
4.
Cristo de mis pellejos por favor vuelve a mi casa,
adornaré bien la entrada, perfumaré las calaminas,
barreré las escaleras, coseré bien las cortinas
y si no quieres tocar el piso, de favor,
te haré una alfombra con la carne de mi carne,
los bofes de mis entrañas,
alfombra roja para estrellas
que adornarás con tu presencia,
con tus pasos en pantimedias
y tu sonrisa de Colgate, con tus piernas depiladas,
drag queen de los sermones,
mi salvador transformista;
cruz de rímel, tus pestañas.
1.
Cristo de mis bigotes, no te afeites cada día
¿acaso quieres verte más joven?
no te duches con vaselina,
más bien remiéndate las llagas
y no ensucies tus calzones con tus
cacas mal lavadas, que dejas mi
pobre baño oliendo a Vaticano.
Te relames como gato,
Cristo de mis sobacos
y te sales a la calle a tomarte unas cervezas
con los que eran mis amigos
y me dejaron por abstemio.
Por eso cuando vuelvas a mi casa, de hurtadillas,
te invitaré tu ultima cena,
te lavaré los pies a escupidas.
2.
Cristo de mis maletas, tú que eres correcaminos,
llévame dentro tu bolso, crucemos por la frontera
escapando de los coyotes y del Cartel de Sinaloa,
vámonos hasta Miami para que cumpla mi deseo
de trapear todos los baños, de pulir todos los suelos,
de comer siempre en McDonalds mierda frita con veneno
y poder criar un cáncer tamaño de una pelota,
que un día me diga “mami” y lo mate a bofetadas.
No te asustes, Señor de las palmadas,
tu no tienes culpa de mis sueños masoquistas,
Cristo de los sudacas.
3.
Cristo de mis tortillas
te sentarás entronizado
en la parte predilecta de mi mesa de venesta,
donde se sientan los amigos si vienen a pagar deudas,
donde se sientan familiares esperando mi velorio,
donde se sentará mi esposa cuando me lance por la ventana
y al hundirme en el asfalto se me salgan todos los mocos,
ensuciando a la vecina que me volverá chorizos
y una libra de salchichas
que comerás agradecido sopadas en mayonesa.
Pero mi carne es de Iscariote, Judas de la salmonella.
por lo pronto no te excedas, Cristo de mis menudencias,
come poco en mi velorio, mesías de los obesos,
cordero del sobrepeso.
4.
Cristo de mis pellejos por favor vuelve a mi casa,
adornaré bien la entrada, perfumaré las calaminas,
barreré las escaleras, coseré bien las cortinas
y si no quieres tocar el piso, de favor,
te haré una alfombra con la carne de mi carne,
los bofes de mis entrañas,
alfombra roja para estrellas
que adornarás con tu presencia,
con tus pasos en pantimedias
y tu sonrisa de Colgate, con tus piernas depiladas,
drag queen de los sermones,
mi salvador transformista;
cruz de rímel, tus pestañas.
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